Unos pasillos de urgencias llenos de
camillas y la tensión propia de esta zona de un centro hospitalario no
es lo mejor para un paciente con problemas psiquiátricos. Así lo
entienden los familiares de un tinerfeño que padece esquizofrenia y que,
semanas atrás, tuvo que ingresar en el Hospital Universitario Nuestra
Señora de Candelaria (Hunsc).
Pasados unos días del caso, y disconformes
con el protocolo aplicado en el centro, la familia del afectado ha
registrado varias reclamaciones y ha decidido hacer público lo ocurrido
en la instalación sanitaria. Y es que, tras llegar un viernes a
Urgencias y ser sometido a una explotación, le dijeron que tenía que
permanecer ingresado el fin de semana. Sin embargo, la falta de camas
hizo que tuviese que esperar -en lo que alguna quedaba libre- en uno de
los pasillos de La Candelaria.
A juicio de sus familiares, una persona
con una enfermedad mental no puede estar ahí. "Lo que necesita es reposo
y desconectar", señalan, y agregan que, si hasta alguien sin ese
problema de salud se pone "nervioso" por la intensidad de esta zona, más
aún quien está aquejado de una afección de este tipo.
"Esto debe conocerse; si estas cosas no
las denunciamos y las hacemos públicas nos acaba afectando a todos",
indican los perjudicados, que también expresan, entre otras quejas, que
la merienda le fue servida en una especie de sala de espera del recinto
sanitario, lo que califican de "vergonzoso".
Por todo eso, y de una forma especial por
la tensión que suponía estar en los pasillos, optaron por llevarse del
centro hospitalario al paciente, dado que consideran que estar allí y
recibiendo medicación para rebajar el estado en el que se encontraba no
es lo óptimo para alguien en sus circunstancias.
El Hunsc reconoce que existen deficiencias
Desde el Hospital Universitario Nuestra
Señora de Candelaria (Hunsc) reconocen que existen deficiencias, aunque
precisan que, con la apertura del nuevo edificio de Urgencias, se
evitarán las incomodidades que ahora padecen los pacientes psiquiátricos
en Urgencias. Según explican, reciben cada día entre ocho y diez
enfermos de este tipo, que son evaluados, explorados por el psiquiatra
de guardia y sometidos a pruebas. De ellos, un 10% se deriva a la Planta
de Agudos, en la que disponen de 30 camas. Cuando se produce un aumento
de la presión asistencial de enfermos graves con trastornos mentales
(como está ocurriendo en las últimas fechas) se aplican varios tipos de
medidas para posibilitar más ingresos en esa planta. Sin embargo, a
veces esa actuación de respuesta no es suficiente. "Algunos de ellos
están en el pasillo y en condiciones que entendemos que para ellos y sus
familias generan, como para nosotros, una incomodidad y malestar",
admiten desde La Candelaria, antes de citar que esa espera mejorará con
el nuevo edificio previsto. Eso sí, puntualizan que disponen de un
cuarto de contención para quienes llegan al centro con trastornos
mentales graves.
D.R., S/C de Tenerife El dia.es