martes, 28 de agosto de 2012

Sanidad acelera la reorganización de los servicios

R. ACOSTA Los ajustes presupuestarios que se prevén para 2013 han acelerado la reestructuración planificada por la Consejería de Sanidad en los hospitales y servicios para reducir gastos y optimizar recursos. Esta reorganización del Servicio Canario de Salud (SCS) ha disparado las alarmas en los trabajadores y sindicatos, que temen nuevos ajustes y recortes en la plantilla, más cierres de camas y reducción de servicios. Sanidad ya ha disminuido este año en 76 millones de euros los gastos de personal, lo que ha supuesto que unos 1.500 eventuales e interinos no hayan sido contratados o se hayan quedado sin trabajo al finalizar su contrato.
Intersindical Canaria (IC), además, ha puesto el grito en el cielo denunciando que Sanidad continúa reduciendo el gasto del capítulo I de los hospitales para pagar la deuda farmacéutica, factura que asfixia a las arcas de la Comunidad Autónoma.
La reestructuración de servicios y plantas de los hospitales es una constatación diaria para los trabajadores. Sanidad argumenta que se trata de una reorganización necesaria para optimizar los recursos, pero el hecho es que en hospitales como La Candelaria, el Doctor Negrín, el Materno-Infantil y el Universitario de Canarias se han eliminado camas, se han cerrado plantas o se están reubicando servicios. En la mayoría de los casos estas medidas conllevan reducciones de plantilla, con menos empleados por cada turno.
Los recortes han provocado una orden taxativa a las gerencias de los hospitales: reducir al máximo el personal eventual contratado para cubrir las vacaciones estivales del personal fijo. Esta situación ha obligado a los trabajadores de plantilla de algunos servicios a modificar sus vacaciones por la drástica disminución del personal eventual.
Reequilibrio
El Plan de Reequilibrio 2012-2014, presentado por el Gobierno canario al Ministerio de Hacienda para reducir el déficit público, contempla medidas en Sanidad como eliminar las jefaturas de guardia, la disminución del 10% del valor de la hora de la guardia, un mayor control en la productividad de los empleados y una reducción de sustituciones e interinidades.
Más allá del gasto estricto en sueldos y complementos retributivos, la Consejería aplicará de forma paulatina otra serie de medidas que se irán desarrollando en los próximos meses y en 2013 ante la evidencia de que en los presupuestos del año que viene habrán nuevos ajustes. La revisión de la cartera de prestaciones del SCS, la revisión del libre acceso a las urgencias, un mayor control del derecho a la atención sanitaria gratuita y el límite al acceso a ciertos servicios a los no residentes son algunas de las medidas que refleja el Ejecutivo regional en el Plan de Reequilibrio.
Según los sindicatos, solo entre enero y junio de este año ya son más de 1.500 los trabajadores de los que ha prescindido Sanidad, cifra que aumentará cuando se haga balance del personal que se ha dejado de contratar durante el verano para cubrir vacaciones, bajas y reforzar los servicios más afectados por las listas de espera. A esta situación hay que añadir otros factores, como la eliminación de la paga extra de Navidad, el aumento de la jornada laboral y la pérdida de hasta 17 días libres por las medidas aprobadas por el Gobierno central.
IC denuncia en la web de la Federación de Salud que el Gobierno canario ha seguido detrayendo fondos de los gastos de personal en los grandes hospitales de las Islas, con la batería de medidas que viene adoptando en los últimos meses, y que la Consejería está destinando este dinero a pagar la deuda que aún mantiene el Ejecutivo con las oficinas de farmacia, que hace poco recibieron los fondos del mes de mayo y que están pendientes de cobrar los meses de junio y julio.
La caída del gasto público para el próximo año dificulta la elaboración de las cuentas
Los sindicatos advierten de más recortes en las prestaciones básicas
La sombra de más recortes se cierne sobre la Sanidad pública ante las nuevas medidas de ajustes del déficit y de la deuda adoptadas en los últimos meses por el Gobierno central y que las comunidades autónomas están obligadas a cumplir. El techo del gasto público para el próximo año estará por debajo de los 6.000 millones de euros, cuando solo Sanidad absorbe cerca de 3.000 millones y Educación unos 1.700 millones. Esta situación deja un escaso margen de maniobra al Ejecutivo regional a la hora de elaborar los presupuestos del próximo año.
Según los sindicatos, en la última Mesa Sectorial de Sanidad celebrada a finales del pasado mes de julio, la propia directora del Servicio Canario de Salud, Juana María Reyes, reconoció que más ajustes en el gasto sanitario será a costa de reducir los servicios y las prestaciones básicas, cosa que hasta ahora se ha intentado evitar cargando el peso de los recortes sobre las retribuciones del personal y las inversiones en infraestructuras.
Los sindicatos vaticinan algo similar en el caso de que haya más recortes en 2013, es decir, que será prácticamente imposible no tocar las prestaciones sanitarias. Las centrales sindicales dan por hecho el cierre de determinados servicios hospitalarios, sobre todo aquellos que dispongan de varias unidades, como podría ser el caso de Medicina Interna, que además cuenta con varias plantas, lo que se podría traducir en cierres de camas.
El principal argumento para acabar con algunas plantas hospitalarias en verano es la disminución de la demanda y para ahorrar costes, pero los sindicatos temen que en algunos casos estos cierres se prolonguen más allá de los meses estivales si no hay fondos para pagar nuevo personal con qué dotar a los servicios clausurados.
El Gobierno canario ha vuelto a reiterar que se hará lo posible por no tocar los servicios públicos esenciales, pero tras lo sucedido en los presupuestos de 2011 y 2012, los trabajadores y centrales sindicales se muestran escépticos, por lo que se prevé un incremento de la conflictividad ante los ajustes que se avecinan. (Laopinion.es)

lunes, 20 de agosto de 2012

REFLEXIONES DE UNA COMPAÑERA DOCTORA DEL NEGRIN

Espero no importunar con este correo, pero creo que la situación es muy grave y ahí que dejar de mirar para otro lado como si no fuera con nosotros. Gracias
Soy médico. Estudié medicina porque me gusta ayudar a las personas a sentirse mejor. Es una inmensa satisfacción cada vez que un paciente me mira a los ojos y me dice "Gracias, Doctora". Esa sensación que me invade no tiene precio y bien merece los años de estudio y las noches sin dormir.
Desde hace unos meses, sin embargo, ya no puedo disfrutar de esta sensación.

Poco a poco han ido desapareciendo compañeros a mi alrededor; la enfermera que se preocupaba de si el enfermo dormía bien o no le sentaba bien la medicación, la auxiliar que daba de comer al anciano diciendo "vamos, Don Antonio, un pizquito más para ponerse bueno."; el celador que llevaba a los enfermos al quirófano mientras le contaba chistes para aliviar sus nervios; el médico compañero siempre dispuestos a resolver cualquier duda o a cubrirme si me enfermaba.Muchos ya no están.

Además, los pacientes ya no dan las gracias. Los pacientes ahora dicen "Pero Doctora, ¿cómo que ya no hacen la prueba que necesito por falta de personal?", "¿Cómo es que la mascarilla esa, más barata, no me asegura bien el oxigeno?", "¿Cómo es posible que no me haya operado después de un año?" Y los familiares, preocupados dicen: "Pero Doctora, ¿cómo es posible que no haya sábanas ni pijama para mi padre?", "¿Que se va a tener que quedar en el pasillo una semana?", "¿Cómo cuido de mi madre mientras trabajo si los centros de día han cerrado?". Esto es lo que ahora me dicen mis pacientes. Y se enfadan conmigo. Yo les explico que no es culpa mía, pero no comprenden que su salud tenga que ver con el dinero. Y es que no debería tenerlo.
Soy medico, mi horario de trabajo es de lunes a viernes de 8 a 3, y una o dos guardias a la semana de 24 horas cualquier día de la semana. Esto suponía unas 100 horas semanales. Sin embargo, ahora tengo que quedarme 2 horas y media más a la semana. Y además, como mis compañeros se han ido marchando pero hay el mismo número de pacientes, debo quedarme una o dos horas más al día porque no trabajo con muebles, sino con personas, y no se pueden quedar para mañana. Si sumamos, querido paciente, trabajo unas 110-115 horas cada semana. Y además, ahora resulta que mañana me pueden llamar para decirme que me trasladan de isla de forma indefinida y sin previo aviso. ¿Cómo le explico esto a mis hijos? Eso sí, me pagan un billete de ida y vuelta al año.
Además, ahora dispongo de la mitad de días al año para asistir a cursos de reciclaje. Y firmo el contrato mes a mes. Este mes mi familia come, el otro no sé. Me dicen que tengo que gestionar adecuadamente los recursos, pero se niegan a decirme cuánto vale cada prueba que pido. Veo cómo cada vez más pacientes se derivan a los centros privados para pruebas y operaciones. La semana pasada, el sindicato le preguntó a la consejera de Sanidad cuánto valía hacer una radiografía en la Sanidad pública. No supo responder. ¿Cómo es posible que gestione y haga recortes en un sistema una persona que ni siquiera sabe lo que cuesta aquello que está recortando? Hace casi un año que le presentamos a dicha consejera un completo dossier con medidas donde se podía ahorrar sin modificar el número de personal, las prestaciones ofrecidas a los pacientes ni las horas trabajadas. Porque nosotros sí sabemos lo que vale una radiografía, y por tanto sabemos dónde se puede recortar. Ni siquiera fue capaz de leerlo.
Sin embargo, a pesar de trabajar más horas de las que ya hacía, mi sueldo ha ido disminuyendo escandalosamente: un 7% en 2010, un 5% en 2011 y un 5% en 2012. Además, me han aumentado el IRPF un 5%. Ahora planean pagarme la hora de guardia a 10 euros: menos que una empleada de hogar. En total, percibo un 21% menos desde hace menos de dos años. Más que en ninguna otra comunidad. Y seguirá bajando.
Por lo visto, querido paciente, mi dedicación a usted, el preocuparme por su salud, el pasarme la noche en vela, no merece respeto. Según el Ejecutivo, me merezco no tener herramientas para tratarle, me merezco dedicar menos tiempo por cada paciente, me merezco no descansar después de trabajar más de 24 horas despierta, me merezco no poder actualizarme y aprender para tratarle a usted, me merezco no ver a mi familia y que me trasladen de isla. Pues debo estar haciéndolo fatal.
Querido paciente, hay 446.357 políticos en nuestro país, por lo visto necesitamos tres veces más gente que Alemania para llevar España. Debe de ser un país muy complicado el nuestro. Sin embargo, el Ejecutivo considera que es más importante mantener los sueldos desorbitados, transportes, móviles, dietas y tarjetas de estos señores que su salud. Y para colmo no saben ni lo que vale una radiografía.
Exija usted que no se pisoteen sus derechos: usted tiene derecho a tener sábanas y un pijama, a no tener que esperar un año por su operación, a que el médico que lo trate no lleve sin dormir 30 horas. Tiene derecho a que el dinero de nuestros impuestos se gaste en la prótesis que usted necesita para caminar o en el tratamiento de insulina de su hijo y no en el hotel de cinco estrellas de un congresista.
Querido paciente: ambos, usted y yo, estamos en la misma lucha, una lucha por un sistema de salud público y de calidad. Ahora es el momento de exigir. Si nos dejamos ir, el sistema de salud que siempre hemos tenido, desaparecerá para siempre. Tanto a los trabajadores como a los usuarios del sistema de salud nos están maltratando, nosotros no podemos seguir trabajando en estas condiciones y usted no puede seguir sufriendo las consecuencias de estas condiciones. Los trabajadores solos no podemos contra esta situación. Usted, paciente, debe comenzar a hacerse oír, no debe permanecer impasible ante el deterioro de un sistema que es suyo, que debe poder disfrutar usted y las generaciones futuras.

Únase a nosotros y luchemos por lo que es nuestro, si dejamos morir la Sanidad pública, ya no la recuperaremos más. Contamos con su apoyo.

jueves, 16 de agosto de 2012

La Gerencia de La Candelaria niega la merma de la calidad asistencial

J. L. C. | Santa Cruz de Tenerife

La Gerencia del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) negó este martes que el recorte de personal o los ajustes presupuestarios que están llevando a cabo las administraciones central y regional hayan mermado la calidad asistencial, tal y como denunciaron en este periódico algunos profesionales, pacientes y sindicatos.

Al respecto, desde el centro hospitalario afirman que “los pacientes hospitalizados se encuentran perfectamente atendidos y, por tanto, todos los cuidados y atenciones que se prestan siguen pautas médicas y enfermeras que nada tienen que ver con recortes o ajustes económicos de algún tipo”.

En este sentido, desde la Gerencia sostienen que, por ejemplo, “las sábanas de las camas de los pacientes hospitalizados se cambian cuantas veces sean necesarias, según la patología y los requerimientos higiénicos del enfermo”. De igual modo, dejan claro que “no se tardan dos horas en realizar curas o en recibir medicación”. “Esta se toma cuando esté pautada siguiendo los criterios médicos”, subrayan en el Hunsc. De hecho, recalcan las mismas fuentes, “no existen denuncias sobre falta de higiene, y en ningún caso estas pueden vincularse a las restricciones económicas o a la falta de personal por las vacaciones”.

“Estos cuidados de enfermería llevan realizándose de esta manera desde siempre, aquí y en cualquier hospital del sistema sanitario español”, concluyen los responsables del centro hospitalario tinerfeño.

martes, 14 de agosto de 2012

Falta de higiene y largas esperas

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Casi dos horas de espera para recibir una cura o la medicación. Cambio de sábanas cada dos o tres días. Comida poco hecha. Semanas para presentar una reclamación. Jardines que se secan. Ese es el panorama que pintan algunos usuarios y familiares de pacientes del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), al que los recortes y la falta de personal han situado en una complicada tesitura este verano.
Según aseguran diversas fuentes, la falta de sustituciones, el cierre de servicios y quirófanos y el bloqueo de camas, están provocando muchos problemas en el centro sanitario, donde se han cerrado 80 camas y casi el 40% de los profesionales está de vacaciones. Ello, por ejemplo, ha provocado que, según la patología de los enfermos, no se cambien las sábanas cada día, algo que sí se venía haciendo hasta ahora.
“Se están produciendo restricciones, porque la Gerencia debe adaptarse a un presupuesto”, subrayan, donde no obstante consideran que “es mejor que se hagan ajustes de este tipo que en productos farmacéuticos o en personal”, explican fuentes del Sindicato de Enfermería (Satse) en el Hunsc.
En la misma línea se manifiestan desde el Sindicato Médico (CESM), donde recalcan que el cierre de unidades y quirófanos está produciendo una “mayor saturación” en todos los servicios, lo que provoca que se hayan aumentado “de forma considerable” los tiempos de espera. Una opinión que comparten en Satse, donde recalcan que esta situación “se irá agravando”, pues cerrar muchas de estas unidades supone el aumento de las listas para acceder a exploraciones que requieren ingreso hospitalario y la disminución de la seguridad de los pacientes”.
En La Candelaria, como también en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), el sindicato explica que “se están dando casos de pacientes que entran por Urgencias, y si no hay camas en planta, se quedan en la puerta o son trasladados a centros concertados”. “Al reducir los ingresos programados, aumentan las listas de espera”, arguyen en Satse, donde recuerdan que “esta situación favorece el agravamiento de las patologías y, como consecuencia, aumenta el costo de curación de la enfermedad, se incrementa el gasto por las incapacidades laborales, crece la ansiedad y otras patologías psicológicas e, incluso, se pueden producir consecuencias irreversibles para la salud”.
Algo que corroboran en Intersindical Canaria (IC), donde manifiestan que “la falta de presupuesto ha provocado que no se cubran las vacaciones del personal, lo que supone una “merma de la calidad asistencial”. “Se ha incrementado la carga laboral de los trabajadores, que no pueden atender los pacientes como estos requieren”, agregan en IC.
El sindicato se queja que estas “medidas de ahorro” se llevan a cabo en las partidas de personal y materiales, y no se ha tenido en cuenta la repercusión en la calidad de la asistencia que se presta, ni la sobrecarga de trabajo que supone para los enfermeros.
“Los profesionales de enfermería son los responsables directos de los cuidados de los pacientes; sin embargo, se les sobrecarga de trabajo, con lo que se aumenta de forma considerable su nivel de estrés, lo que hace que crezca la posibilidad de que haya errores”, insisten en Intersindical.
Consultada al respecto, la Consejería de Sanidad no emitió ayer valoraciones sobre estas denuncias, aunque su titular, Brígida Mendoza, aseguró en una entrevista con este periódico que “no se han cerrado plantas ni quirófanos, ni tampoco se ha producido una merma de la calidad asistencial en los hospitales”. “Se han reorganizado los servicios igual que todos los veranos, como en todos los hospitales de España, para conciliar el derecho de los trabajadores a sus vacaciones con la normal actividad asistencial de la época estival”.

Un centro hospitalario poco ‘accesible’
Los recortes presupuestarios en materia sanitaria no sólo están afectando al normal funcionamiento de los hospitales y centros de salud del Archipiélago, también a algunos de los proyectos que pretendía emprender la Consejería autonómica. Uno de ellos era el mejorar la accesibilidad del Hospital de La Candelaria, donde por ejemplo sólo hay un aseo para personas como movilidad reducida. De hecho, según denuncian algunos pacientes, el hospital no cuenta con zonas habilitadas ni espacios funcionales, ni siquiera en algunas plantas o habitaciones. De igual modo, tampoco hay aparcamientos reservados a los discapacitados, que tienen serios problemas para acceder al recinto desde algunos puntos del parking.
Las quejas de los usuarios, en cualquier caso, suelen caer en saco roto, ya que en muchas ocasiones ni siquiera hay personal que atienda a los pacientes, que pueden llegar a tardar semanas hasta poder presentar una reclamación a la Gerencia del hospital.