viernes, 20 de noviembre de 2015

Los dos hospitales tinerfeños están entre los que tienen peor reputación de España


Canarias es la comunidad con más centros entre los 10 peor valorados del país


Los dos hospitales tinerfeños están situados en los últimos puestos del Monitor de Reputación Sanitaria, un ranking independiente que mide el prestigio de los centros sanitarios a nivel nacional. Según los datos publicados ayer, los dos centros de la Isla se encuentran entre los 10 peor valorados por este estudio.

El Hospital Universitario de Canarias (HUC), –que no logró entrar dentro de los 70 mejores hospitales del país el año pasado–, ocupa en 2015 el puesto 66 de la lista. El Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (Hunsc) ha descendido más de 10 posiciones respecto a la pasada edición de este estudio y se coloca en el número 60 del ranking nacional.

A los tres hospitales de la provincia de Las Palmas tampoco les ha tocado una mejor parte en esta encuesta de reputación sanitaria. El único que logra colarse entre los 70 primeros es el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, pero también ocupa un puesto dentro de los 10 hospitales peor valorados, lo que convierte a Canarias en la comunidad que tiene más centros sanitarios a la cola del ranking.

El podium de los hospitales públicos lo ocupan el Hospital de la Paz, en Madrid; el Clínic de Barcelona; y el Hospital Universitario 12 de octubre, también en la capital. Son en estas comunidades donde se encuentran los seis mejores centros hospitalarios del país y hay que esperar hasta el séptimo puesto para encontrar un hospital público fuera de estas dos ciudades, se trata de La Fe de Valencia, seguido del Virgen del Rocío de Sevilla.

Esta es la segunda edición de este ranking, que se basa en la opinión de los profesionales sanitarios, periodistas especializados y asociaciones de pacientes, pero que también tiene en cuenta indicadores objetivos de calidad y gestión clínica como: la cartera de servicios, las instalaciones o el desarrollo de líneas de innovación e investigación, entre otras variables.

El informe analiza además los servicios clínicos con mejor reputación en cada especialidad. Ninguno de los servicios de los hospitales canarios logra colarse entre los 15 mejores departamentos de España este año.

El estudio también tiene en cuenta el prestigio de los hospitales privados del país. El primer puesto lo ocupa la Clínica Universidad de Navarra, seguida por HM Universitario Sanchinarro- CIO Clara Campal en Madrid.

Ningún hospital privado del Archipiélago consigue posicionarse entre los 10 primeros del país. En el número 15 se encuentra el Hospital San Roque Las Palmas de Gran Canaria y en el puesto 17 la clínica que el mismo grupo tiene en Maspalomas. Para encontrar los únicos hospitales privados de la provincia tinerfeña recogidos en este estudio hay que trasladarse hasta los puestos 21 y 22 de la lista, donde se encuentran el Hospital Quirón Tenerife y el Hospital Quirón Costa Adeje.  
(La opinion de Tenerife)

lunes, 9 de noviembre de 2015

El abandono de la Terapia Ocupacional en nuestros hospitales


La Terapia Ocupacional es “Una profesión sanitaria que a través de la valoración de las capacidades y problemas físicos, psíquicos, sensoriales y sociales del individuo pretende, con un adecuado tratamiento, capacitarle para alcanzar el mayor grado de independencia posible en su vida diaria, contribuyendo a la recuperación de su enfermedad y/o facilitando la adaptación a su discapacidad”

En ocasiones la traducción literal del término Terapia Ocupacional, da pie a confundir la finalidad de ésta intervención sanitaria “con la intención de tener ocupada o entretener a la persona”, por lo que es importante remarcar que el fin de la T.O es conseguir la máxima funcionalidad de la persona con cualquier tipo de discapacidad, ya sea física, psíquica, cognitiva, conductual o una variedad de ellas, a través de la actividad con sentido y/o talleres terapéuticos con unos objetivos tanto generales como específicos que conduzcan al mayor nivel de independencia posible. Es por lo tanto una parte fundamental e imprescindible del proceso de rehabilitación y así está recogida dentro de la cartera común de servicios del sistema nacional de salud en el proceso de rehabilitación.

En nuestra sanidad pública Canaria esta intervención es otra asignatura pendiente ya que los servicios de rehabilitación de los hospitales de La Gomera, La Palma, y El Hierro han prescindido de este tipo de unidades, no habiéndose incluido tampoco en ninguno de los Centros Ambulatorios de especialidades (CAEs) de nuestra comunidad.

En el resto de hospitales Canarios el panorama no puede ser más desolador… como ejemplo tenemos la Unidad de Terapia Ocupacional del Hospital de la Candelaria que sumida en un caótico servicio de rehabilitación, y tras 36 años de actividad continuada ha ido disminuyendo su personal paulatinamente, a pesar del incremento de la demanda asistencial y mantiene el mismo mobiliario obsoleto desde su apertura, mezclándose los diferentes tipos de pacientes de forma masiva, (adultos, niños, neurológicos, etc.) con la brillante excusa de incrementar la productividad y disminuir listas de espera a costa de cualquier otro criterio profesional, trabajando en unas lamentables condiciones organizativas con alarmantes carencias de seguridad en las infraestructuras. Los materiales de tratamiento, muchos aportados o realizados por los profesionales allí presentes o los mismos pacientes, acumulan décadas de desgaste sin que esto signifique para los gestores responsables de estas unidades un elemento de reflexión.

Miles de usuarios se encuentran privados de la posibilidad de acceder en condiciones dignas a una intervención por medio de la Terapia Ocupacional dentro de la sanidad pública, y aquellos que podemos considerar “privilegiados” lo hacen en unidades con medios desfasados, y gestionadas por responsables que desconocen y nada tienen que ver con esta digna profesión.

Y es así como llegamos a sus últimas consecuencias, las de un sistema desequilibrado deficitario, y sordo a las carencias de profesionales y usuarios, que ignoran en su mayoría los derechos que les asisten, el derecho a una intervención digna, apropiada, y ajustada a sus necesidades.

Diego Moguel Cano, Presidente de la Asociación Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Canarias.