martes, 2 de diciembre de 2008

CUALQUIERA PUEDE SER EL PRÓXIMO

La muerte el pasado domingo de María Jesús Coello, a consecuencia del atropello que sufrió en el paso de peatones que se encuentra entre la salida de Traumatología del Hospital Nuestra Señora de Candelaria y el barrio de Ofra, ha sentado como un jarro de agua fría entre los 4.000 trabajadores del centro, ya que la víctima era muy conocida porque llevaba años trabajando en el mismo.

Este enclave de la carretera general de El Rosario está considerado por trabajadores y usuarios como "un auténtico punto negro", donde con antelación al desafortunado desenlace que tuvo María Jesús "ya se habían registrado otros percances", algo que "se ha puesto en conocimiento de las autoridades en innumerables ocasiones", indica Ramona Mendoza Arzola, del sindicato SATSE y compañera de la fallecida.

La muerte de María Jesús "es un desenlace de algo que todos dábamos por anunciado", pues, según remarcó, los compañeros en el hospital de La Candelaria "tenemos el sentimiento de que el próximo puede ser cualquiera de nosotros o cualquier usuario".

Cuando se comprueba in situ la evolución del tráfico en el lugar, da la sensación de que en cualquier momento puede ocurrir algo grave.

La preocupación por el estado de los accesos y los aparcamientos ha sido una constante en las reivindicaciones de los trabajadores, puesto que este centro hospitalario se encuentra inmerso entre la TF-5, la carretera general, el tranvía y una rotonda próxima, lo que "deja a los peatones totalmente desguarnecidos frente al tráfico". Esta delegada sindical, que es la presidenta de la Junta de Personal del Área de Salud en Tenerife, afirmó que "es una auténtica selva, pues el incumplimiento de las normas es constante".

Mendoza Arzola señala que a diario los 4.000 trabajadores del centro y los usuarios "tienen que correr un riesgo tremendo, tanto en coche como caminando", pues "el riesgo es constante, sobre todo en las horas en las que coinciden los cambios de turno".

Señala que, a pesar de los años de demandas, "los responsables públicos siempre ponen excusas sobre actuaciones futuras, pero la sensación que tenemos es que estamos abandonados de la mano de Dios y que las autoridades políticas no toman ninguna medida".

Ayer, el pesar y la solidaridad por el fallecimiento de María Jesús era general y la indignación por las circunstancias de su muerte, al parecer provocada por una conductora de 21 años de edad que, según la Policía Local, cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida, no hacía más que reforzar las exigencias de seguridad.

Tras el atropello mortal del pasado domingo, los empleados del hospital creen que "ha llegado el momento de que las autoridades tomen medidas para salvar vidas", pues todos se sienten identificados con la fallecida "y nos sentimos víctimas". Como alternativas a este conflictivo enclave, desde este sindicato se señala que "los políticos son los que tienen que tomar las decisiones, previa evaluación de los accesos y la zona".

María Jesús Coello, que ayer recibía sepultura, llevaba años en La Candelaria, tras haber estado en el Hospitalito de Niños hasta su cierre. Según comentan sus compañeros, "era una persona muy apreciada", porque había pertenecido al Servicio de Incidencias. Su última ocupación era en la planta de Medicina Interna, en Digestivo y Nefrología, "una pérdida que ha sido un mazazo en el hospital". (Artículo aparecido en el Periodico el Dia) e 29 de Octubre.

Ante tan enorme desgracia, tenemos que opinar, ¿no creen?. El acceso y salida de este hospital es tercermundista. Se han sucedido numerosos accidentes, por el único motivo de intentar acceder al recinto del Hospital, el cual se encuentra "dificultado" por un paso de cebra, en la práctica inservible y de extremo peligro para usuarios y trabajadores. ¿Han efectuado los responsables de este centro todas las medidas e iniciativas necesarias para terminar de una vez por todas con esta situación?. Ya que si bien son los organismos públicos competentes en esta área los que deben facilitar las modificaciones necesarias en el acceso desde el exterior, no es menos cierto que los responsables de este hospital tienen la obligación de reclamar estas acciones y de salvaguardar a las personas (usuarios y trabajadores) que van a hacer uso de sus instalaciones o desarrollar su labor profesional.

No tenemos mas que pasear por el recinto de este hospital y observar......

Maria Jesús Coello falleció a las puertas de este hospital atropellada por un vehículo conducido por una conductora ebria. Su imagen debería estar en la puerta de los despachos de quien corresponda.

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