martes, 14 de agosto de 2012

Falta de higiene y largas esperas

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Casi dos horas de espera para recibir una cura o la medicación. Cambio de sábanas cada dos o tres días. Comida poco hecha. Semanas para presentar una reclamación. Jardines que se secan. Ese es el panorama que pintan algunos usuarios y familiares de pacientes del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), al que los recortes y la falta de personal han situado en una complicada tesitura este verano.
Según aseguran diversas fuentes, la falta de sustituciones, el cierre de servicios y quirófanos y el bloqueo de camas, están provocando muchos problemas en el centro sanitario, donde se han cerrado 80 camas y casi el 40% de los profesionales está de vacaciones. Ello, por ejemplo, ha provocado que, según la patología de los enfermos, no se cambien las sábanas cada día, algo que sí se venía haciendo hasta ahora.
“Se están produciendo restricciones, porque la Gerencia debe adaptarse a un presupuesto”, subrayan, donde no obstante consideran que “es mejor que se hagan ajustes de este tipo que en productos farmacéuticos o en personal”, explican fuentes del Sindicato de Enfermería (Satse) en el Hunsc.
En la misma línea se manifiestan desde el Sindicato Médico (CESM), donde recalcan que el cierre de unidades y quirófanos está produciendo una “mayor saturación” en todos los servicios, lo que provoca que se hayan aumentado “de forma considerable” los tiempos de espera. Una opinión que comparten en Satse, donde recalcan que esta situación “se irá agravando”, pues cerrar muchas de estas unidades supone el aumento de las listas para acceder a exploraciones que requieren ingreso hospitalario y la disminución de la seguridad de los pacientes”.
En La Candelaria, como también en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), el sindicato explica que “se están dando casos de pacientes que entran por Urgencias, y si no hay camas en planta, se quedan en la puerta o son trasladados a centros concertados”. “Al reducir los ingresos programados, aumentan las listas de espera”, arguyen en Satse, donde recuerdan que “esta situación favorece el agravamiento de las patologías y, como consecuencia, aumenta el costo de curación de la enfermedad, se incrementa el gasto por las incapacidades laborales, crece la ansiedad y otras patologías psicológicas e, incluso, se pueden producir consecuencias irreversibles para la salud”.
Algo que corroboran en Intersindical Canaria (IC), donde manifiestan que “la falta de presupuesto ha provocado que no se cubran las vacaciones del personal, lo que supone una “merma de la calidad asistencial”. “Se ha incrementado la carga laboral de los trabajadores, que no pueden atender los pacientes como estos requieren”, agregan en IC.
El sindicato se queja que estas “medidas de ahorro” se llevan a cabo en las partidas de personal y materiales, y no se ha tenido en cuenta la repercusión en la calidad de la asistencia que se presta, ni la sobrecarga de trabajo que supone para los enfermeros.
“Los profesionales de enfermería son los responsables directos de los cuidados de los pacientes; sin embargo, se les sobrecarga de trabajo, con lo que se aumenta de forma considerable su nivel de estrés, lo que hace que crezca la posibilidad de que haya errores”, insisten en Intersindical.
Consultada al respecto, la Consejería de Sanidad no emitió ayer valoraciones sobre estas denuncias, aunque su titular, Brígida Mendoza, aseguró en una entrevista con este periódico que “no se han cerrado plantas ni quirófanos, ni tampoco se ha producido una merma de la calidad asistencial en los hospitales”. “Se han reorganizado los servicios igual que todos los veranos, como en todos los hospitales de España, para conciliar el derecho de los trabajadores a sus vacaciones con la normal actividad asistencial de la época estival”.

Un centro hospitalario poco ‘accesible’
Los recortes presupuestarios en materia sanitaria no sólo están afectando al normal funcionamiento de los hospitales y centros de salud del Archipiélago, también a algunos de los proyectos que pretendía emprender la Consejería autonómica. Uno de ellos era el mejorar la accesibilidad del Hospital de La Candelaria, donde por ejemplo sólo hay un aseo para personas como movilidad reducida. De hecho, según denuncian algunos pacientes, el hospital no cuenta con zonas habilitadas ni espacios funcionales, ni siquiera en algunas plantas o habitaciones. De igual modo, tampoco hay aparcamientos reservados a los discapacitados, que tienen serios problemas para acceder al recinto desde algunos puntos del parking.
Las quejas de los usuarios, en cualquier caso, suelen caer en saco roto, ya que en muchas ocasiones ni siquiera hay personal que atienda a los pacientes, que pueden llegar a tardar semanas hasta poder presentar una reclamación a la Gerencia del hospital.

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