viernes, 10 de febrero de 2012

La realidad de los hospitales y la mentira de la consejera de Sanidad

DÍAS PASADOS comenté en esta columna el nuevo paso negativo que el Gobierno de Canarias ha dado en su gestión sanitaria, que, como se sabe y se sufre, se suma al cierre, al parecer, indefinido, del hospital del Norte, a las obras, al parecer, inacabables, de construcción del hospital del Sur y Suroeste y al cierre de quirófanos del hospital Universitario durante la tarde.
Al hospital San Juan de Dios de Tenerife se le hace cerrar su unidad de Rehabilitación porque el Servicio Canario de Salud ha dejado sin enviar al citado centro a pacientes que necesitan someterse a los ejercicios correspondientes previa rehabilitación en dicha unidad. En el comentario aludido mencionaba igualmente el número de trabajadores que había que despedir, siete en concreto, y el cierre del gimnasio y otros departamentos por falta de pacientes.
Tengo entendido que es la primera vez que los responsables de la Sanidad pública, que depende del Gobierno de Canarias, llevan los recortes, que dan lugar a estas irregularidades y a la desatención de enfermos que la precisan, a centros sanitarios de una orden religiosa, sobre todo tan destacada y representativa como la de San Juan de Dios, con centros pretigiosos en todo el mundo, y citaba, como ejemplo y curiosidad, el inaugurado el año antepasado en una localidad del norte de Siberia.
Pero con el citado no terminan los casos de desatención a los enfermos por parte de esa Sanidad pública de Canarias. Este periódico, en su número del miércoles último, daba cuenta de que la falta de camas vuelve a colapsar las urgencias de los hospitales de Tenerife. Da la casualidad de que, al tiempo que se ponía en marcha esta nueva desatención o rechazo al enfermo necesitado que acudía al centro, la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, doña Brígida Mendoza, aseguraba en el Parlamento de Canarias que no se había producido ningún desbordamiento de los Servicios de Urgencia en los hospitales de la Isla, y, precisamente, en esos momentos, miembros del sindicato Intersindical Canaria fotografiaban y constataban el caos que reinaba, en esos momentos, en el hospital Universitario de Canarias y en el hospital de la Candelaria, y aseguran los sindicalistas todo lo contrario, es decir, que han vuelto a desbordarse, en los últimos días, hasta los pasillos del centro, que se han quedado pequeños ante la avalancha de enfermos. Y eso lo denunciaron el martes los miembros de Intersindical Canaria, para quienes la situación es de auténtica emergencia sanitaria, pese a que la consejera, el mismo día y puede que hasta a la misma hora, negaba en la sesión parlamentaria esa realidad palpable que podía probarse hasta fotográficamente. Me supongo que la credibilidad de la señora Mendoza quedaría muy afectada tras esa información realmente falsa y tan fácil de desmentir, ya que la dimensión de la "batata", como dicen en mi pueblo a la mentira, es de las mayores que se recuerdan en estas trapisondas, ya que la consejera aseguró que las cifras son exactamente iguales a las de años anteriores. Y nuestra pregunta es: ¿se trata de que el presidente Paulino obliga a pegarse trolas de este calibre a los consejeros y consejeras de su Gobierno para él no quedar mal? "¿Qui lo sa?", que diría un italiano. (LA MEDIA COLUMNA FRANCISCO AYALA) el dia.es

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