martes, 13 de noviembre de 2012

Sanidad insiste en cerrar cirugía cardíaca "por el bien de los niños"

Tras las acusaciones del Partido Popular de mentir sobre las razones del desmantelamiento del servicio y la protesta de padres y asociaciones que califican la medida de "inhumana", la consejera de Sanidad aseguró que la decisión se ha tomado "pensando solo en los niños y para que sean atendidos con la mejor calidad".
G. MAESTRE, S/C de Tenerife
La decisión de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias de cerrar la Unidad de Cirugía Cardíaca Pediátrica del Hospital Materno Infantil que atiende a todos los niños con cardiopatías de las Islas centró ayer buena parte de la actividad parlamentaria. Con una tribuna repleta de representantes de la Asociación Corazón y Vida, padres de niños tratados en el citado centro hospitalario e incluso profesionales sanitarios del mismo, la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Brígida Mendoza, aseguró que la decisión no tiene marcha atrás "porque se toma por el bien de los niños", aludiendo a que el traslado a la Península es la opción de mayor calidad y seguridad.
"El Servicio Canario de Salud (SCS) garantiza la atención a todos los niños con patologías cardíacas y, aunque cueste cien veces más se les enviará a donde sean tratados con la máxima excelencia", declaró Mendoza antes de explicar que " se está iniciando una reorganización de la atención en cirugía cardiaca pedriátrica y, mientras tanto, los niños se trasladarán a un centro de referencia acreditado por el Ministerio de Sanidad, tal y como se hace hasta ahora durante las 41 semanas en las que los cirujanos italianos (que son los titulares del servicio especializado) no se encuentran presentes en el Servicio del Materno Infantil".
"¡Miente!", le espetó la diputada del Partido Popular (PP), Mercedes Roldós, que acusó a Mendoza de "decir todo tipo de falsedades, puesto que como el primer argumento de que era por cuestiones económicas no se sostenía, ahora se refiere a los indicadores de calidad cuando estos están por encima de la media española e incluso europea. Ahora lo último es que es porque se registran pocos casos, pero hay diez unidades en el territorio nacional con igual o menor número de casos que no van a cerrar", insistió antes de hacer un llamamiento a la "conciencia y humanidad" del presidente del Gobierno, Paulino Rivero, "para que deshaga el entuerto y se siga garantizando la mejora en la calidad de vida de los niños y sus expectativas de vida y para que las familias no se sometan al sufrimiento que tenían hace diez años".
Una vez terminado el debate en el pleno, este continuó en los pasillos, hasta el punto que la propia Mercedes Roldós, y la portavoz del grupo parlamentario popular, María Australia Navarro, se reunieron espontáneamente con padres y familiares.
"No pararemos hasta que se les dé una solución", aseguraba Navarro en voz alta a la veintena de personas que la rodeaban.
"¡Esto es inhumano!, ¡Van a morir niños y parece que a nadie le importa!, gritó uno de los familiares, al tiempo que a una señora se le saltaban las lágrimas y era consolada por un miembro de la asociación Corazón y Vida.
Minutos después, la propia consejera citaba de nuevo a los medios para aclarar su postura.
"Los niños son intocables, no se puede hacer política con ellos. En 2010 no se tomaron las decisiones necesarias y ahora, aunque cueste cien veces más, mandaremos a los niños a los centros donde se les trate con la mayor excelencia y, con el compromiso de que, en el futuro y si trabajamos todos juntos, podamos tener en nuestra comunidad una cirugía cardíaca de altísima calidad y autónoma y no depender de unos médicos que vienen 55 días de cada 365", dijo.
Y es que la consejera recalcó que los actuales especialistas del servicio son unos médicos italianos que acuden al Insular una semana al mes para tratar casos graves y que el resto de los casos y las urgencias se derivan a la Península, por lo que ahora de lo que se trata es de prescindir de estos trabajadores extranjeros. "No podemos seguir mirando para otro lado y tener una semana a los cirujanos y otras tres semanas esperar por ellos para hacer una operación. Entiendo que esto los padres lo saben y que esta decisión se toma por el bien de los niños", sentenció.
Encierros en el hospital
Los sindicatos con presencia en el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria exigieron ayer mantener abierto el servicio de cardiología Pediátrica alertando que, de no ser así "niños canarios y africanos morirían". Así, Intersindical Canaria, Comisiones Obreras, UGT y Comisiones de Base, anunciaron ayer que están dispuestos a llevar a cabo encierros y a apoyar cualquier medida que se tome en señal de protesta, al tiempo que solicitaron el cese de la consejera de Sanidad.

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